L. RONALD HUBBARD | PERFIL BIOGRÁFICO

Expedición Mineralógica
a Puerto Rico

La región central de Puerto Rico cuya primera explotación mineralógica la realizaron los españoles en el siglo XVII; fotografía tomada por L. Ronald Hubbard.
Entre otras historias menos importantes del primer viaje de Ronald por el Caribe, está la de una tarde que pasó en el puerto de San Juan, Puerto Rico escuchando historias sobre el oro aluvial en el interior rural de esta isla. Añádase a dichas historias el hecho de que su Expedición Cinematográfica al Caribe acabó costándole un dineral, y que su padre había soñado durante mucho tiempo en aumentar su paga de teniente mediante una operación minera y una pequeña inversión de capital por parte de otros oficiales de la misma mentalidad. En conjunto, tenemos los ingredientes del segundo viaje del Sr. Hubbard hacia latitudes meridionales.

A principios del otoño de 1932, los miembros de la expedición vieron a L. Ronald Hubbard “buscar oro siguiendo las huellas de los Conquistadores”, mientras buscaba oro en canales de lavado en ríos interiores y cruzaba la isla de un lado a otro en busca del escurridizo oro.

“El calor era terrible y la mayor parte del tiempo estábamos empapados”, comentó en un relato posterior; e inicialmente todo fue en vano. Tal aventura también iba acompañada de un peligro considerable, como en el incidente relatado posteriormente en la revista Argosy en donde el Sr. Hubbard fue literalmente enterrado vivo mientras se deslizaba por el pozo de una mina abandonada.

Por otra parte, aún cuando nunca lograron encontrar el legendario filón de oro, la empresa logró ser lucrativa gracias a la reivindicación de derechos sobre yacimientos de silicio, manganeso y otros minerales de menor importancia. No sólo eso, sino que fue el primer estudio mineralógico completo de Puerto Rico, bajo jurisdicción estadounidense.

Quizás más importante, fue el hecho de que L. Ronald Hubbard también llevó a cabo mucho trabajo etnológico entre los poblados interiores y los indígenas nativos, poniendo especial atención a su mezcla de catolicismo y vudú, llamada espiritismo.

En cuanto a cómo ese trabajo figura en la aventura más amplia de descubrimiento del Sr. Hubbard de Dianética y Scientology, se encuentra el siguiente extracto de una carta que envió a un amigo en diciembre de 1932, en la cual redactaba acerca del curioso interior de la isla:

“... ¿cómo podemos comprender aquello que se encuentra fuera de nosotros cuando a duras penas podemos darnos cuenta de lo que sucede dentro?”.